¿Alguna vez te has sentido confundido con alguno de tus pacientes, como si nada tuviera sentido?
¿Has visto que a pesar de que en la evaluación inicial la sintomatología no era especialmente grave y el pronóstico era bueno el paciente no mejora o cambian los síntomas sin sentido?
¿Escuchas frecuentemente alguno de tus pacientes decirte “es como si no fuera yo”?
Si la respuesta ha sido ¡SI!, es posible que te encuentres en el terreno de la disociación.
La disociación relacionada con el trauma y el trauma en sí mismo suelen pasar desapercibidos para muchos terapeutas, están infradiagnosticados.
Entendemos por trauma un evento que supera a la persona y no puede integrarlo.
La disociación es la respuesta natural al trauma, en cierto modo es como si la persona se escindiera: una parte de ella trata de tirar para adelante, centrándose en el día a día, y para hacer esto tiene que dejar de lado lo relacionado con el trauma.
Así surge la disociación como un intento de solución para mantenerse en el presente.
¿Por qué disociarse es un problema?
Que “lo dejado de lado”, lo no integrado, no desaparece por arte de magia, dando lugar a distintos síntomas y problemas en la vida cotidiana que no siempre son aparentes o se asocian de forma clara con lo sucedido.
El verdadero motivo que mantiene los síntomas o problemas planteados es INVISIBLE a la mirada inicial.
La forma de presentarse del paciente (PAN) parecerá tan normal que de entrada nos dará el pego y a los meses vendrán las sorpresas.
Si no se evalúa la respuesta disociativa no se suele detectar pues el paciente suele minimizar el problema, tener vergüenza o no darle importancia porque lleva toda la vida con él.
Una buena evaluación y planificación del tratamiento supondrán aproximadamente un 50% del éxito del tratamiento.
Al mismo tiempo (y esto también lo abordaremos en el curso) la actitud del terapeuta es crucial: deberá aprender a tolerar momentos de incertidumbre, de conectar con emociones intensas, de confusión, y todo ello manteniendo cierta seguridad en la inseguridad.
¿Te han interesado uno o más de uno de estos cursos?
No tienes por qué elegir, podrás hacer toda la formación a tu rimo y a tu manera. Cada dos meses sacamos un curso nuevo. Cada formación se cierra con la presentación de un caso clínico y una supervisión grupal.
Además, cuentas con soporte vía mail para resolver todas las dudas que te surjan de cada formación.
Francisco Moreno
Este curso va de aprender a darse cuenta de “lo invisible”, de hacer visible lo “invisible”, consciente lo inconsciente, de pasar lo automático e impulsivo a lo manual y reflexivo.
Veremos qué es la disociación y cómo aprender a detectarla.
Cómo hacer una buena historia clínica que nos permita y le permita al paciente conocerse y conectar con sus recursos, todo ello sin desregularlo.
El modelo de tratamiento por fases propuesto por Janet y cómo tener la actitud terapéutica adecuada.
Puedes apuntarte aquí.
La escuela tiene un coste de 44,90 euros mensuales.
Dentro encontrarás varios cursos de formación que ya hemos realizado. De principio a fin. Además:
Sí, a toda, todita. Aunque te recomendamos consumirla a fuego lento. Recuerda: asociar vs. estar.
Efectivamente, cuando quieras. Sin excusas, ni justificaciones.
Cuando quieras.
No somos una compañía telefónica. No te trataremos de retener ni darte la plasta para que vuelvas.
Sí, pero con algunos matices. Para recibir la titulación hay dos requerimientos:
Con esto queremos evitar que alguien pueda darse de alta y consumirlo todo de mala manera con el fin de obtener la certificación.